lunes, octubre 01, 2007

Todos los negritos tienen hambre y frio.





Jesús Maria Kortabitarte era un humilde catedrático de la Universidad de Deusto. Su vida no podía ser mas monótona; pasear al perro, ir a misa, pasarle la pensión a su mujer, que le había dejado por el butanero pakistaní, ciego de un ojo, pero con un trabuco considerable y masturbarse ante la visión reiterada y reiterativa de revistas “porno” de dudoso gusto. El pobre hombre, cuando su salario se lo permitía, un par o tres de veces al mes se iba a reponerse de sus prolongadas sesiones masturbatorias a Arguiñano en Zarauz o a Berasategui en San Sebastián. A veces incluso, cuando le daba la gana, pedía el libro de reclamaciones.

Sus clases Derecho Romano eran de lo más tedioso. Una vez al pasar entre las filas, descubrió el cadáver de un alumno. Llevaba allí tres semanas, pero nadie se dio cuenta de su falta. Es lo que ocurre con los alumnos de Derecho, hay tantos. Intentaba seducir a las alumnas, o más bien las chantajeaba suspendiéndolas, a ver que pasaba. Las alumnas antes de acostarse con el preferían suspender. Así de repulsivo era el cuerpo de Jesús Maria, alto, encorvado, cubierto de pústulas y de caspa, con una nariz huesuda y afilada. En fin, la imagen de un catedrático de Derecho romano del PNV. Solo una alumna quiso una vez acostarse con el, a pesar de aprobar sobradamente. Era ciega y gorda y tenia tendencias suicidas.

Jesús Maria tenía que darle un empujón a su vida. Sus amigos del “batzoki” le invitaban a putas y todo pero no parecía que se animase. Se intento meter en política pero se desmayo en su primer mitin. Estaba al borde del suicidio. Fue a la consulta del sicólogo (pagado por el PNV, para afiliados) pero el sicólogo, le miro fijamente a los ojos y –muy serio- le extendió una nota: “suicídese”.

Al bajar por las amplias calles bilbaínas se detuvo ante un pobre con un cartón enfrente. “TENGO SIETE IJOS, NO TENGO TRABAJO HAYUDEME” , tras caminar dos manzanas mas se topó con otro “POR FABOR ALGO PARA COMER” , en la misma calle de su domicilio se encontró con otro “ESTOI EN PARO BIBO EN LA CALLE, DEME ARLGO”. Cuando entro en su domicilio la idea ya estaba totalmente gestada en su oscuro cerebro.

A la semana siguiente hizo colgar un rótulo de neón de su amplia balconada en lo mas céntrico de Bilbao: “SE ESCRIBEN CARTELES PARA POBRES, ECONOMICO”. Al principio la población se lo tomaba a guasa pero con el tiempo todos los pobres de las puertas de las iglesias aledañas, hacían cola en su puerta para que les escribiese carteles, la fama se corrió (con perdón) y todos los manguis del casco viejo de Bilbao se agolpaban en su puerta. Tuvo que contratar una secretaria y todo.

Con el tiempo todos los carteles de pobres estaban tan bien escritos que la gente dejo de sentir pena por ellos, de hecho los viandantes notaban que los pobres escribían incluso mejor que ellos y en vez de moverles a la piedad y al desprendimiento les movian a la burla y a la agresión, incluso los mutilados y disminuidos físicos. “SOY UN POBRE LISIADO, DESPRENDANSE DE UNAS ESCASAS MONEDAS PARA MI MANUTENCIÓN”. La gente común, con un curro normal, no podía soportar que un tio literalmente tirado en la calle escribiese mejor que ellos y/o que sus propios hijos, se vieron escenas de violencia, patadones en los carteles y en muchos casos tuvo que intervenir la Ertzaina. Al final la gente dejó de entender los carteles: OLIGOFRENICO CON CRASOS PROBLEMAS DE MOVILIDAD Y LOCALIZACION EN EL ESPACIO SOLICITA GRACILMENTE SU ASISTENCIA CREMATÍSTICA. La repera.

El representante sindical de la Coordinadora Abertzale Socialista de Pobres del Casco Viejo (KASPCV) se planto un día en su espacioso piso y tras juguetear con su Beretta reglamentaria le espetó: “Oyes como sigas escribiendo carteles así te voy a meter siete tiros oyes, eres talde, ya te digo”. Para calmarlo Jesús Maria intentó convencerle con unos espaguetti a la boloñesa que había estado cocinando, para matar el rato. El enlace sindical le miró, desconfiado y se llevó el tenedor a la boca. Tras engullir el primer bocado escupió los espaguetti sobre las alfombras persas. Ahora si que te la has ganado, español, fascista, chivatoooo!!. Sin mas dilación le metió los siete tiros prometidos y se fue, cabreadisimo e insultado, bajando los escalones de dos en dos y jurando (en euskera) “espaguetis a mi, ostia, ni un marmitako o unas cocotxas, espaguetis, joder ahivalaostiaa


FIN.


EPILOGO. Tras ser intervenido en el hospital de Cruces Jesus Maria salió del coma a los 45 minutos (es de Bilbao) y ahora aparece esporadicamente como contertulio en varios programas de televisión dando su opinion sobre el "problema vasco", "el botellón", "el velo islamicó" "la subida del Euribor". Su libro "Puede que haya vida en otros mundos" es un best-seller nacional.







1 comentario:

urbenportales dijo...

Sin duda alguna, repugnante, ¡bravo!

Seré acaso yo, maestro??

Mi foto
Soy un ser con patas que ha caido aquí, mire usted por donde y no tiene ninguna intención de quedarse.

¿Si tu amigo, coprofago, te invitase a cenar por su cumpleaños porque tu eres el UNICO amigo que tiene....?

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