Holofernes Saporta era un profesor de Lingüística Computacional en la Universidad que dada su total imposibilidad por mantener una vida en armonía y paz con sus mas allegados y consigo mismo decidió dar un golpe de timón a su existencia y se fue a vivir con su madre.
Algunos pensareis, pues vaya mierda de golpe de timón. Pero se nos olvidaba el macabro detalle de que su madre llevaba muerta dos años en su propio domicilio, lo que le facilitó bastante la labor.
Cuando se lo dijo a su mujer ella intento disimular su alegría detrás de unas lagrimas auto-provocadas
-Pero como tienes la poca vergüenza de dejarme aquí con dos niñas pequeñas ¡Hijo de puta!
- Necesito ser libre y feliz, igual me hago gay y todo. Estas hipotecando mi existencia (esa frase la había leído en un libro y le pareció muy ad-hoc)
- Pues vete a tomar por culo
-Adiós
Holofernes cogió un capazo de la obra donde metió un radiocasete y unos calzoncillos, unas cintas (cassetes) de boleros y un fuet y se fue a encontrar una nueva vida, fosforescente, resplandeciente y astringente.
Delante de la momia de su madre tuvo un momento de duda, pero la decisión estaba tomada.
-Mamá, sé que estarás orgullosa de mi, me he venido aquí contigo, a recuperar el tiempo perdido y todas esas mierdas.
Una mosca se solazaba en la cuenca vacía del cráneo de su madre, que se había quedado sentada en el sofá, con el mando de la tele en la mano.
Como cualquier persona que este buscando un nuevo rumbo a su existencia Holofernes se compró varias camisetas de rejilla y empezó a frecuentar karaokes de los cuales –indefectiblemente- salía arrastrando el culo por la pared.
-Mama, hoy han vuelto a intentar darme por culo en un karaoke. ¿que me aconsejas?. Esto no es lo que yo esperaba. Intentaba darle un nuevo rumbo a mi vida. Voy a intentar volver con Hildegarda, de una forma totalmente egoísta y falaz.
Ni corto ni perezoso cogió de nuevo su capazo, encargó en una imprenta que le hicieran una “T-shirt” con la foto serigrafiada de sus dos hijas y se fue para la que fue su casa. había visto en un programa de la tele que llevar camisetas serigrafiadas con caras de niños ablandaba el corazón femenino, así como cantar canciones relativas al amor.
Dos manzanas antes de llegar comenzó a oír unos alaridos de satisfacción coital que helaban la sangre. No quiso pensar en lo peor y pulsó el timbre de su casa, a los cinco minutos un hombre de raza negra apareció completamente desnudo en la puerta de su domicilio.
- Hola , esta Hildegarda?
- Si blanco, esta follando con mi amigo ¿Quieres que le deje algún folleto? ¿Que eres de la gaiata esa?.
Con el rostro demudado Holofernes arrastró su pena por las polvorientas calles de Castellón de la Plana. El hombre negro no le permitió ni comenzar la canción que tenia pensada, le cerró la puerta en las narices.
De vuelta a casa de su madre, derrotado, observó que a su madre se le había caído la cabeza y que esta había rodado debajo del sillón. Pensó en la enorme verga venosa del hombre negro, pensó en el fuet que colgaba en la cocina ( clara asociación de ideas) pensó en que todos los fontaneros que iban últimamente a su casa eran negros y que la caldera se había estropeado veintisiete veces en dos meses.
Cogió la cabeza (la suya propia) entre las manos y empezó a reír histéricamente. Cuando se recuperó , anduvo hasta la cocina (que no se veía de mierda) llenó un vaso de agua , mojó en el una barra de pan, que engulló y se peló una naranja ( se la peló) que también engulló. El fuet no pudo ni tocarlo.
Con la escoba intentó sacar la cabeza de su madre de debajo del sofá. No le parecía decente dejarla ahí, cogiendo polvo. A fin de cuentas, ella le había parido. Tras varios intentos la cabeza rodó hacia la alfombra, también apareció una postal de Blanes de 1957 y un libro en cuya tapa azul se leía:
Algunos pensareis, pues vaya mierda de golpe de timón. Pero se nos olvidaba el macabro detalle de que su madre llevaba muerta dos años en su propio domicilio, lo que le facilitó bastante la labor.
Cuando se lo dijo a su mujer ella intento disimular su alegría detrás de unas lagrimas auto-provocadas
-Pero como tienes la poca vergüenza de dejarme aquí con dos niñas pequeñas ¡Hijo de puta!
- Necesito ser libre y feliz, igual me hago gay y todo. Estas hipotecando mi existencia (esa frase la había leído en un libro y le pareció muy ad-hoc)
- Pues vete a tomar por culo
-Adiós
Holofernes cogió un capazo de la obra donde metió un radiocasete y unos calzoncillos, unas cintas (cassetes) de boleros y un fuet y se fue a encontrar una nueva vida, fosforescente, resplandeciente y astringente.
Delante de la momia de su madre tuvo un momento de duda, pero la decisión estaba tomada.
-Mamá, sé que estarás orgullosa de mi, me he venido aquí contigo, a recuperar el tiempo perdido y todas esas mierdas.
Una mosca se solazaba en la cuenca vacía del cráneo de su madre, que se había quedado sentada en el sofá, con el mando de la tele en la mano.
Como cualquier persona que este buscando un nuevo rumbo a su existencia Holofernes se compró varias camisetas de rejilla y empezó a frecuentar karaokes de los cuales –indefectiblemente- salía arrastrando el culo por la pared.
-Mama, hoy han vuelto a intentar darme por culo en un karaoke. ¿que me aconsejas?. Esto no es lo que yo esperaba. Intentaba darle un nuevo rumbo a mi vida. Voy a intentar volver con Hildegarda, de una forma totalmente egoísta y falaz.
Ni corto ni perezoso cogió de nuevo su capazo, encargó en una imprenta que le hicieran una “T-shirt” con la foto serigrafiada de sus dos hijas y se fue para la que fue su casa. había visto en un programa de la tele que llevar camisetas serigrafiadas con caras de niños ablandaba el corazón femenino, así como cantar canciones relativas al amor.
Dos manzanas antes de llegar comenzó a oír unos alaridos de satisfacción coital que helaban la sangre. No quiso pensar en lo peor y pulsó el timbre de su casa, a los cinco minutos un hombre de raza negra apareció completamente desnudo en la puerta de su domicilio.
- Hola , esta Hildegarda?
- Si blanco, esta follando con mi amigo ¿Quieres que le deje algún folleto? ¿Que eres de la gaiata esa?.
Con el rostro demudado Holofernes arrastró su pena por las polvorientas calles de Castellón de la Plana. El hombre negro no le permitió ni comenzar la canción que tenia pensada, le cerró la puerta en las narices.
De vuelta a casa de su madre, derrotado, observó que a su madre se le había caído la cabeza y que esta había rodado debajo del sillón. Pensó en la enorme verga venosa del hombre negro, pensó en el fuet que colgaba en la cocina ( clara asociación de ideas) pensó en que todos los fontaneros que iban últimamente a su casa eran negros y que la caldera se había estropeado veintisiete veces en dos meses.
Cogió la cabeza (la suya propia) entre las manos y empezó a reír histéricamente. Cuando se recuperó , anduvo hasta la cocina (que no se veía de mierda) llenó un vaso de agua , mojó en el una barra de pan, que engulló y se peló una naranja ( se la peló) que también engulló. El fuet no pudo ni tocarlo.
Con la escoba intentó sacar la cabeza de su madre de debajo del sofá. No le parecía decente dejarla ahí, cogiendo polvo. A fin de cuentas, ella le había parido. Tras varios intentos la cabeza rodó hacia la alfombra, también apareció una postal de Blanes de 1957 y un libro en cuya tapa azul se leía:
La versión en catalán del libro era:
Curiosamente, tambien se publicó en inglés.
Y, porqué no, en alemán.
Y, como en todas partes cuecen habas, también en euskera:
No es extraño, pues , que Holofernes, tras tan inesperado regalo del cielo, diese las gracias, arrodillado, al craneo de su madre por haberle guiado en su aventura en solitario. Y debido a tan intensa emoción se desmayó.
.jpg)
