miércoles, diciembre 06, 2006

Hermualdo Hernán, autor del libro “Como irse de putas sin pagar”, e inventor de diversos utensilios, a cual mas inútil, gustaba de vestir un chándal verde fosforito, a pesar de que era patente que jamás, en su vida, había hecho ninguna clase de deporte y/o esfuerzo físico. Se lo podía permitir, ya que un bisabuelo suyo le había dejado una gran fortuna cuando contaba solo seis meses de edad.

No era esta la única herencia de la que se podía sentir orgulloso, era el dueño de un pene que en estado de erección llegaba a la nada despreciable longitud de 27 cm. En su libro se encontraba una foto de su pene, por si hubiese dudas.

Con una clara tendencia a engordar, peludo y con un perenne chándal fosforescente no era la persona más requerida en los actos sociales que se supondría adecuados a su estatus económico. De todas formas era inevitable ya que su libro, a pesar de que nadie decía haberlo comprado, era un superventas.

Hermualdo era pues, un “outsider, un hombre frontera. Muchos miembros de las clases adineradas hubieran querido verle arruinado para evitar entre otras cosas tener que saludarle o su molesta presencia en los mejores restaurantes a los que era necesario invitarle. Misión difícil esta, ya que los únicos vicios conocidos de Hermualdo- además de masturbarse- eran las putas (a las que no pagaba) y los altramuces…que le permitían expeler unas ventosidades, largas, duraderas y de un olor tan penetrante que el papel de las paredes caía a jirones.

Hubo varios planes para acabar con la vida y/o la fortuna de este ser, pero su falta de domicilio conocido (siempre se alojaba en pensiones) y su contacto con los bajos fondos le hacían prácticamente inexpugnable. Era impredecible en sus hábitos, se le podía encontrar bebiendo coñac en el salón de un hotel de cinco estrellas o vomitando los calamares en frente de la estación de RENFE.

En definitiva, un hombre feliz.

Esto, obviamente no podía durar. Una conspiración para acabar con su felicidad se estaba urdiendo en la trastienda. Su familia, padre, madre y hermanos llevaban una vida de trabajo y sacrificio y no lograban soportar la felicidad de nuestro protagonista.

Seré acaso yo, maestro??

Mi foto
Soy un ser con patas que ha caido aquí, mire usted por donde y no tiene ninguna intención de quedarse.

¿Si tu amigo, coprofago, te invitase a cenar por su cumpleaños porque tu eres el UNICO amigo que tiene....?

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