viernes, junio 27, 2008

HAY CRISIS


Jonás no se lavaba mucho el pelo, esto lo hacia peculiar. El hedor que exhalaba su cabeza hacia que se despegase la pintura de las paredes cuando pasaba y las moscas habían encontrado entre sus cabellos un retiro dorado. Millones de ellas compartían la espesa urbanización con pulgas piojos y arañas que se debatían convulsamente por entrar y salir, sobretodo los días de calor pegajoso y asfixiante, que eran los mas. Esto no importaba a Jonás, que vivía solo en una habitación con un hornillo y una foto tamaño póster de su mama, fallecida tras una ingesta brutal de yogures caducados (algunos dicen que se trago una verga de brutales dimensiones, en Cuenca). Sus hermanos lo habían repudiado y desde luego, no había mujer que se le acercase, ni pagando.

Jonás trabajaba de comercial de exportación en una gran empresa de azulejos, una multinacional. Sus colegas lo conocían como "ese cerdo del pelo sucio" o "el hijodeputa ese que no se lava", de manera que muchos de ellos ya se habían olvidado hasta de su nombre.

Jonás estaba bastante gordo, era alto y fornido, pero no ágil ni demasiado activo, tenía los ojos constantemente inyectados en sangre ya que la caspa le entraba en ellos, la piel de su cara brillaba constantemente por la grasa ya que, lo hemos de decir, Jonás no era demasiado amigo de lavarse la cara tampoco.

En sus frecuentes viajes comerciales se había dado cuenta que podía prescindir totalmente del peine y del cepillo, ya que su cabello caía desde su coronilla hacia atrás como una lengua de petróleo solidificado y maloliente, ni que decir tiene que el personal de los hoteles donde se alojaba tenia que cambiar las fundas de las almohadas e incluso las almohadas en si, que amanecían siempre con un rodal amarillento de aspecto azufrado.

Podríamos preguntar que es lo que evitaba que los superiores de Jonás le retrayesen este aspecto de la higiene.Pues bien, Jonás había nacido para hacer la pelota, era el tiralevitas mas grande que ha parido madre, de sus tumefactos labios solo salían loas y vítores a cualquiera que tuviese un cargo superior al suyo, regalando con la indiferencia mas despreciativa a sus iguales y compañeros de trabajo.

Los superiores de Jonás no podían ni querían prescindir de un ser así. Por supuesto no querían que se acercase mucho a ellos, tampoco pero lo necesitaban como agua de mayo para hacer validos de alguna manera sus absurdos mediocres y pírricos triunfos vitales, ya sea un traje de armani o un coche nuevo, ya sea una venta, ya sea un par de zapatos italianos. Necesitaban de la incondicionalidad de Jonás para ejercer en efecto, de superiores "a algo".Jonás era la piedra de toque.

Los días del verano, como hemos dicho ,la pestilencia se hacia insoportable y mientras el miraba fijamente el enésimo solitario en la pantalla del ordenador sus compañeros y compañeras hacían muecas de asco y agonía. La capa de grasa que se formaba en el cuello de la camisa había adquirido consistencia sólida y brillaba bajo el generosísimo sol del mediodía. Cuando Jonás salía al servicio una ola de agradecimiento surcaba el amplio despacho mientras el , con una mueca de desprecio murmuraba "voy a mear". Jonás dominaba la oficina a su antojo.

Desde luego era lo mas lejos que un individuo de este tipo podía llegar en la escala social. Sin estudios, mas que un curso de pretecnologia por correspondencia, sin conocimientos de idiomas (los clientes le escribían los pedidos en un papel para que se alejase de ellos)y sin amigos, por supuesto. El se jactaba de ello mientras iba a comer, solo, a un amplio restaurante de la carretera, que disponía de una mesa apartada para el, su pelo, repeinado, protegiéndole el cráneo como un casco que reflejaba todos los colores del mediodía.

Su iniciativa y capacidad critica eran por supuesto nulas. Era el primero en entrar y el último en salir de la oficina, habida cuenta de su deprimente y gris vida personal. Cuando llegaba a casa abría una lata de sardinas en aceite que engullía como si fuese la última lata de sardinas de la tierra. Con el aceite sobrante no es necesario decir lo que hacia.Mientras en su tele de saldo rugía el culebrón nocturno se echaba vestido en un catre que ya tenia marcada la forma de su ancho cuerpo y se sumía en un pesado y profundo sueño , en el que no soñaba nada hasta que lo despertaba el móvil.

El móvil lo despertaba con la música de Europe is living a celebration, esta tonada ramplona ponía fin a sus sueños homo eróticos e inalcanzables, amanecía sudado, con los pantalones puestos, de forma que solo tenia que vestir la camisa. Aullando cualquier melodía le daba un mordisco a un bocadillo de chorizo prehistórico, abandonado sobre la mesa de la cocina hacia años y casi sin solución de continuidad subía a un peugeot 205 Coppa, en el que jamás se había utilizado mas que un asiento, el suyo.

Un día leyó entre un montón de revistas de papel couché con las que se limpiaba el culo en el retrete que el cuerno del rinoceronte[1] estaba compuesto de pelo solidificado. En efecto el pelo del animal endurecido por la queratina le servia como arma ofensiva. Empezó a vislumbrar su futuro, recortó con los dedos la foto del rinoceronte que aparecía en la revista y , con los pantalones bajados, la beso repetidas veces.

Cuando llego a la oficina al día siguiente, cogió carrerilla y al grito de “viva España” se empotró contra el muro de hormigón desnucándose en el acto. El temblor despertó al señor gerente que distraídamente se estaba masturbando en su despacho ante una lámina de Durero (una reproducción). Como si de una engorrosa labor se tratase se llegó al cadáver ( con la chorra fuera) certificó su muerte y volvió al trabajo.


[1] La familia de los rinocerontes se caracteriza por su gran tamaño, siendo de las pocas especies consideradas como megafauna existentes hoy día, junto con elefantes e hipopótamos; todas las especies pueden sobrepasar como mínimo la tonelada de peso. Todos son herbívoros, y tienen una piel gruesa y resistente, formada por capas superpuestas de colágeno. Tienen cerebros relativamente pequeños para su tamaño corporal (entre 400 y 600 gramos).. A diferencia de los cuernos de otras especies, como los antílopes, los de los rinocerontes no tienen un núcleo óseo, sino que están hechos de queratina, la misma sustancia que forma los pelos y las uñas en el resto de mamíferos

2 comentarios:

urbenportales dijo...

Creo que jonás me recuerda a muchos que conocimos durante el periplo porcinoloso, ¿me equivoco?… ya era hora, cabrón

Anónimo dijo...

He estado un poco ocupado. Si, la verdad es que jonas no es solo porcinaloso, es el empleado standard de la céramica castellonense. Un sujeto que no vale mas que para lo que vale (para nada) y creo que en extinción ... y si no al tiempo.

Salud!

Seré acaso yo, maestro??

Mi foto
Soy un ser con patas que ha caido aquí, mire usted por donde y no tiene ninguna intención de quedarse.

¿Si tu amigo, coprofago, te invitase a cenar por su cumpleaños porque tu eres el UNICO amigo que tiene....?

OPINE, QUE ES GRATIS!

OPINE, QUE ES GRATIS!
COLABORA CON BINEFAR